jueves, 28 de mayo de 2009

En algún lugar

Ahí, en el tragineo de esas pisadas, sobre el pedregullo, existe el exilio social.
Ahí, hace mucho que vienen regando las flores con poxiran, dicen que el que las riega está borracho.
Ahí, las asistentes sociales se parecen a Barbie, de punta en blanco entran con una biblia universitaria de contención bajo el brazo.
A mi, un pibe me contaba que en ese lugar, PARA LAS ELECCIONES, NO FALTA EL BOLUDO QUE VIENE, NOS INVITA A UN ASADO, NOS DAN MERCA, CHUPE, DE TODO, A CAMBIO DE UNA INCHADA QUILOMBERA, QUE GRITE EL NOMBRE DEL FUTURO INTENDENTE, GOBERNADOR, O LA COSA QUE SEA, el me lo cuenta con la panza llena, SON TREMENDOS HIJOS DE PUTA, me dice, aquel pibe con la panza llena.
Al parecer en este lugar se a echo mas factible el derecho a la prisión, que el derecho a una vivienda, o el simple derecho a la autonomía. Yo se que mas de alguno a pisado este lugar, ¿los viste flaca, a esos niños? tienen su alma desnuda, ¿los viste? No te asustes que ellos no tienen frío, yo les vi, su alma, ahí en el pasaje los patos, abajito de la escalera, yo los vi bailar, bailaban su música del futbol, yo vi a manzanita bailar con la pelota, el era un niño que jugaba a ser grande, el Piti me contaba que fue ajuste de cuentas, el me dijo que le metieron un tiro afuera del romané, y ahí, en ese lugar se esfumaron miles de sueños que todavía estaban en pañales.
Ahí, en ese lugar, yo eh sentido al viento tropezarse con las chapas, eh visto piedras azules y blancas, rojas y blanco, lanzarse por los aires, y chocarse con su odio.
LA HIJA DE PUTA NO TUVO COMPASIÓN.
SE LO ENTERRO HASTA AL FONDO.
Las opiniones bailaban de boca en diario, las opiniones eran como esas piedras que se chocan con su odio.
FUE LA YIYO, se comentaba en el barrio, LA MATÓ EN LA ESQUINA DE SAN JUSTO, LA POBRE PIBA QUE MURIO SOLO ESTABA SEPARANDO, decían otros. Lo cierto es que fue rivalidad de equipos, esos equipos de alegría y muerte, el futbol, el mismo con el que bailan los espectadores, el mismo futbol televisivo, que solo baila cuando está la plata.
Cárcel fría, con rincones solitarios, la cárcel para el pibe chorro, prisión domiciliaria para los saqueadores del país.
La universidad no hace buenos hombres, inventa profesionales, el barrio tatúa en nuestras miradas el resentimiento, y el compartir. El tiempo es como una palabra que se pierde en nuestra piel, el tiempo es para todos, pero pocos lo disfrutan.
Rondan en ese auto blanco, con números negros, se bajan con el pecho inflado, una nueve milímetros y la nariz blanca, ellos se creen la ley, son jueces que dictan con golpes, y muertes, a la pobreza, o a lo diferente, ellos, se creen los jueces de la calle, se olvidan que solo son policías, nos olvidamos, que ellos son nuestros empleados.
Los barrios de comodoro como muchos en el país, son jardines que se riegan con tolueno y fertilizados con la pobreza, tumba de los sueños infantiles, el boliche de políticos que compran votos, compran esa humildad, y venden, venden lo que a todos nos pertenece.

Por Orlando Cirilo de la Tierra

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